¿Qué es un arquetipo?
Los arquetipos son patrones de nuestra psique que surgen del Inconsciente Colectivo, que no es individual, sino universal y compartido. Como tales no tienen forma y no entran en el campo de nuestra consciencia. Cuando se manifiestan lo hacen a través de las imágenes arquetípicas. Éstas, cargadas de significado sociocultural e individual, son representaciones simbólicas y ancestrales que pueden describirse como dioses y diosas, héroes y heroínas, magos y hechiceras, y sus mitos constituyen las historias arquetípicas, que evocan sentimientos, imágenes y temas universales que forman parte de la herencia humana.
Todos los arquetipos son patrones potenciales en la psique de cada ser humano; sin embargo, en cada individuo algunos de estos patrones están activados (desarrollados) y otros no. Cuando están activos, a través de las imágenes arquetípicas, es decir conscientemente reconocidos, éstas nos permiten conectarnos con la capa arquetípica de la psique, ayudándonos a ser nosotros mismos y permitiéndonos hacer que nuestras vidas tengan más sentido. Cuando están inactivos, los arquetipos negados o rechazados también tienen su influencia, que suele ser perjudicial; la identificación distorsionada o extrema también es dañina.
Ánima, el principio femenino, y ánimus, el masculino, son arquetipos básicos. El ánima es el aspecto de lo ¨femenino¨ en el hombre; el ánimus el de lo ¨masculino¨ en la mujer; ambos arquetipos constituyen, junto a nuestros aspectos genéricos predominantes, masculinos o femeninos, nuestras propias parejas internas. Así, en el camino del crecimiento y el desarrollo individual, hombres y mujeres deberemos activar y desarrollar nuestros correspondientes ánima y ánimus para integrar ambas partes de nuestras psiques y alcanzar la totalidad de nosotros mismos. Las personas y los acontecimientos activan los arquetipos, desde este punto de vista, la pareja puede y debería ser el disparador y el marco adecuado para potenciar el desarrollo personal de cada uno de sus miembros. El proceso interior iniciado individualmente se continúa dentro de la pareja, y cada conflicto resuelto dentro de la misma enriquece la propia pareja interna.
ES IMPORTANTE QUE EN LA PAREJA LOS CONFLICTOS SEAN PARA CONSTRUIR Y NO PARA DESTRUIR. NO DISCUTIR DESDE LA REACTIVIDAD, SINO DESDE LA PROACTIVIDAD. PERO PARA ESO EL ENCUENTRO DEBE SER DE "ALMAS"...
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